Nacer Libre
El primero te lo regalan, todos los demás son tu responsabilidad.
¿Cómo se ha llegado a esto? Esto no es nuevo, viene de atrás, siempre ha existido. Algo te decía en tu interior que las cosas no iban bien, y ahora te dicen que de nada sirve ya esa realidad estampada en los caminos cotidianos. Sientes que tú también tienes que hacer algo, mover esa fe a las cosas que importan. Decidir no aceptar, asimilar sólo lo que quieras creerte. Te venden una casa, un televisor, un coche y una lavadora. Meros folletos que miramos, deseamos, compramos y disfrutamos; algo que se ha convertido en un acto reflejo, esas cosas que, al cabo del tiempo, quedan olvidadas en un rincón. ¿Somos insensibles? no, no lo somos, pero es otra la pregunta que debemos formularnos. ¿Hemos comprado porque realmente lo necesitábamos, o porque comprar, como tantas otras cosas, se ha convertido en un vicio?
Un vicio que lleva al hábito, un hábito de mantenernos ocupados en consumir bombas. Bombas para desayunar y vestir, para ver y sentir; bombas que caen lejos o en el portal de al lado. Nosotros, preocupados por las bombas que nos explotan cerca, esas que llegan repletas de intimidad ajena para evitar hacernos pensar en la nuestra, la misma intimidad que luego se habla en los bares, colegios o mercados. Cielos cubiertos de nubes que dejan abierto el grifo, una lluvia constante de mierda envuelta en glamour artificial, tecnología inútil y puro despilfarre barato. Abre tu mejor paraguas y renueva tus botas de agua, te espera un largo camino hasta saber cuál es tu verdad, cuando la pienses, la definas y concluyas. Reflexiona, tú estarás en tu mundo y probablemente en tu casa, resguardado bajo unos muros que construyen tu soledad, la misma que te absorbe en las arenas del sistema; espero que aún no te ahogues.
Tienes que abrir bien los ojos, observar, moverlos hasta abarcar todo aquello que durante los días te rodea: el café de la mañana, la siesta, un viaje en autobús. Recopila la información que llega a ti y digiérela, tómate tu tiempo, saca tus conclusiones, ordena y vuelve a pensarlas. Consigue una opinión al respecto; construye tu propia verdad. Televisión y diarios que quieren entretener, no informar, simples sucedáneos “culturales” para alienarnos de nuestra rutina, nuestra soledad, nuestra pérdida constante de fe. ¿Fe en qué te preguntas? Fe como la tuya y la mía, depositada en la naturaleza o Dios, en los planetas o estrellas, en la igualdad o la libertad. Fe que mueve los cuerpos, los corazones, nuestra voluntad, la esperanza envuelta en hojas de papel que se desgranan palabra a palabra.
Fuera, la realidad. Entre la cárcel de Guantánamo y la de Abu Ghraib, desde el Taj Mahal hasta el Kilimanjaro, entre el Pan de Azúcar y la cordillera Andina. ¿Sabes qué pasa allí o te limitas a creer lo que te dicen que pasa?. Tú decides qué y a quién quieres creer. Olvida lo que crees controlar, libérate, haz nacer en ti esa cara oculta que nunca supiste cómo hacer brillar.
Comentarios
bien dicho àngel :)
Molt bo Àngel! :P
Sólo se te olvida algo: la ley del mínimo esfuerzo. "Decidir no aceptar", supone pensar, complicar, cambiar... esforzarse. Ya vale de tanta literatura de "vamos a cambiar este mundo" y cambiémoslo de una vez. No se trata sólo de observar y darse cuenta de "mira qué mierda nos rodea; mira cómo nos manipulan: ¡¡¡soy superior porque me he dado cuenta!!!"
Soplidos,
Haizea (de vuelta de todo)
Coincido con Haizea.
No prediques a conversos, lleva el discurso al campo de batalla, esa realidad de la que hablas.
Cruza la linea y predica con el ejemplo.
Haz que tu vida sea tu mejor obra.
Actes impulsius..... uffff
VIu el moment i deixa't portar per allò que realment t'importa a tú i no per allò que t'imposen....
Criteri pròpi i voluntat de decisió!!!
diosss ets un friki!!!
molts petons, ressucitat!